"Una experiencia musical apasionante;
Llegamos a Azkoitia a las cinco en punto. Era una tarde lluviosa y desapacible.
Desde la verja de entrada al convento de monjas donde habíamos sido convocados, se oían los sonidos lejanos de niños haciendo ejercicios vocales.
En la iglesia, casi en penumbra ante el bellísimo retablo barroco, alrededor de sesenta niños y niñas estaban concentrados afinando oídos y gargantas atentos a las precisas indicaciones del maestro..."
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